2-11-20
La presente encuesta de noviembre tiene una orientación diferente a las anteriores, de agosto y septiembre, que privilegiaban las condiciones de la infraestructura de los centros de salud, más la entrega y el uso de los equipos de protección personal, la primera encuesta realizada en hospitales y la segunda en ambulatorios. Otros esfuerzos, también del propio seno de organizaciones de los trabajadores, continuan con ese tipo de encuesta incluso han extendido la indagación en cuanto a lo territorial al hacerlas con alcance nacional.
Lo diferente de esta encuesta y los resultados que estamos presentando es que se atienden otros temas igualmente del ámbito de las condiciones de trabajo, y un inicio de indagación con los riegos psicosociales en el trabajo -Rpst-. Los temas indagados usualmente son menos analizados en el desarrollo de los esfuerzos por monitorear los centros de trabajo en la salud pública nacional. Se reconoce que ellos son menos visibles que por ejemplo observar si una infraestructura o dependencia de salud dispone de agua potable o no, o también apreciar si el personal hace uso de las mascarillas, por supuesto reconociendo que son igualmente temas importantes para los trabajadores y los usuarios de los servicios de salud pública.
Un tercer elemento distintivo de esta encuesta es que su toma de datos ha sido realizada por profesionales de la enfermería, teniendo presente que de las diferentes categorías profesionales y ocupacionales que se desenvuelven en los centros de salud, son los más expuestos al riesgo junto con camareras y médicos. Luego se tiene a los vigilantes, porteros y camilleros, todas categorías que conforman la primera línea o alto riesgo. En situación de riesgo medio o segunda línea, se tienen a bioanalista, radiología, rehabilitación, nutrición, psiquiatría, especialistas áreas médicas, mantenimiento y áreas administrativas.
CONDICIONES DE TRABAJO Y LA LOPCYMAT
Un estandarte en las políticas laborales del régimen en lo que va del siglo XXI, ha sido el compromiso de haber impulsado la Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo, pero en los centros de trabajo de salud pública es notable el estado de desatención de los temas que aborda esta legislación. Véase que de diez hospitales solo en uno se cumplen algunas disposiciones de la legislación mencionada, al menos se afirma que existe y se sigue un programa de salud y seguridad, pero en el resto no existe. Igual ocurre con los comités paritarios, los delegados de prevención siguiendo un programa de trabajo, con la protección de los trabajadores, con las dotaciones oportunas, adecuadas y entregadas sin condicionamientos, con la infraestructura adecuada para los servicios de salud.
Lo insólito es que no se declaran los accidentes de trabajo ni las enfermedades ocupacionales, no se realizan exámenes periódicos a la salud de los trabajadores. Otro extremo es que se pudo conocer casos de centros de salud, en donde la limpieza excluye las áreas comunes, que refiere a grandes espacios por donde hay un transito diario y frecuente de trabajadores, pacientes y familiares, y otros visitantes. Contrastante que en los lugares donde se atiende a personas necesitadas de curación y recuperación de su salud hay limitada limpieza, y que los trabajadores que brindan esos servicios que los hace exponerse a riesgos de contagios, no se les atiende como lo establece el mandato contenido en la Lopcymat. Ni siquiera con la llegada del Covid-19, estas carencias elementales de un mínimo de prevención en condiciones de trabajo han sido llenadas. Quienes trabajan en los servicios de salud pública no tienen un empleador cumplidor de la Lopcymat, y deja exponer a su personal a riesgos mayores que cualquier otro sector y empleador. Se constata que la mayor parte de los trabajadores al contraer enfermedades se las ingenia para la atención curativa sea en su propio hogar, y apelando a personal profesional del mismo centro médico en donde trabajan.
PROTOCOLOS COVID-19
Los trabajadores mayores de los 65 años se deben resguardar, se determina en la normativa sanitaria de responsabilidad social ante la pandemia por Covid-19, pero tres hospitales hacen caso omiso: el “Angel Larralde", uno de los dos tipo IV existentes en el estado Carabobo, el “Simón Bolivar” de Mariara mostrado como modelo por las autoridades de salud y el modesto Hospital Psiquiátrico “José Ortega Durán”.
Se indagó si se garantiza a los trabajadores las pruebas diagnósticas para Covid-19. Y sólo ocurre en apenas tres de los once hospitales consultados. El distanciamiento social es inexistente, no hay ventilación adecuada, no hay servicios de transporte al personal, por lo que se ven obligados a tomar el transporte público en donde las personas vas aglomeradas al extremo que se llenan los asientos, y también los pasillos para el desplazamientos e incluso las puertas de entrada y salida de los autobuses, nada diferente a tiempos de pre pandemia del Covid-19.
En un orden más sofisticado no se promueve el teletrabajo en aquellas actividades que bien pudieran justificarse, como pedir y responder citas para consultas, para exámenes, igual estos servicios tan básicos bien pudieran responderse por teléfonos o por chat, reduciendo así romper las cuarentenas y los resguardos.
La cuarentena más los problemas de transporte público, que implica cada vez menor número de unidades en servicio, ya que la parálisis por falta de combustible, repuestos y accesorios para estas unidades, propiedad de particulares la mayor parte, determinan altos ausentismos, y súmese la falta de dinero en efectivo para pagar estos servicios. Todo esto ha dado lugar a arreglos de horarios que tienden en muchos casos a largas jornadas con sus correspondientes descansos compensatorios, porque ello aminora erogaciones en transporte.
La diáspora se ha llevado a importantes contingentes de trabajadores de este sector, además que por los bajos salarios se ven obligados a tener otros ingresos, que en un principio lo logran en su propias profesiones, laborando para centros privados de salud, o trabajando por cuenta propia.
LOS RIESGOS PSICOSOCIALES EN EL TRABAJO -RPST-
Con los Rpst hay un rezago en su monitoreo en cualquier sentido que se quiera indagar, no sólo en tiempos del Covid-19 sino en todo el ámbito de las condiciones de trabajo. Predomina el concepto de riesgos físicos, químicos, biológicos, tecnológicos y de seguridad que dan lugar a dolor, lesiones, accidentes y enfermedades profesionales. Pero también hay condiciones que dan lugar a consecuencias en la salud psíquica y mental de los trabajadores, que se traducen en ausentismo, la calidad de vida en el trabajo, accidentes y enfermedades profesionales.
Los Rpst han venido siendo estudiados para rescatarlos como fenómenos que también se derivan de las propias condiciones de trabajo, especialmente en cuanto a cómo se desenvuelve la organización del trabajo y las relaciones ínter personales en los espacios productivos y el medio laboral en general.
Un minucioso análisis ha desarrollado Julio C Neffa en su estudio. En cuanto a su definición se pasea por la evolución del concepto en diversas etapas del desarrollo productivo, de debates y estudios realizados en el seno de las instituciones internacionales, fundamentalmente la OIT y la OMS, así como en países capitalistas avanzados cuya organización del trabajo era objeto de estudios y seguimientos. De ellos el autor se inclina por reconocer los aportes de la Encuesta de Condiciones de Trabajo creada y conducida por entes académicos y gubernamentales desde 1974 en Francia, al encontrar “El fuerte incremento de patologías derivadas de las deficientes condiciones de trabajo, -en especial el estrés y las depresiones prolongadas-”, que motivó al gobierno ha destinar mayor atención y recursos. Esta evolución del concepto y la necesidad de contar con una definición que permita operacionalizar el trabajo de investigación, lleva a una definición sintética de los Rpst, siguiendo a M Gollac (citado por Neffa, 2019:303-4), los Rpst “son los riesgos para la salud, física, psíquica, mental y social engendrados por los determinantes socioeconómicos, la condición de empleo, la organización y el contenido del trabajo y los factores relacionales que interactúan en el funcionamiento psíquico y mental de los trabajadores”.
En nuestra encuesta para un determinado número de los centros de salud del estado Carabobo, se incluyeron algunas preguntas que se ubican en este ámbito. Es un esfuerzo complejo por la misma naturaleza en las cuales se realizan las encuestas, que no tienen aval ni apoyo de los entes que dirigen la salud pública. Son acercamientos desde las propias organizaciones gremiales de los trabajadores, comprometidas con la representación y defensa de afiliados, pacientes y usuarios, y todos aquellos interesados en su protección en los espacios productivos de los trabajadores sanitarios, que se han reconocido como los más expuestos de riesgos de enfermedades, que en el caso de Covid-19 alcanzan a que hayan fallecidos más de 250 trabajadores del sector salud en todo el país, que representan más del 30% del total reportado en las cifras oficiales, como lo registra con datos de nombre, apellido, lugar, la organización no gubernamental Médicos por Venezuela, presente en todo el país.
Entre las manifestaciones exteriorizadas se tienen las frecuentes amenazas de despido, las evaluaciones de desempeño manipuladas; ascensos sin sustento en evaluaciones, lo cual es discriminatorio; campañas anti sindicales, especialmente contra quienes participan en protestas públicas; dificultades para presentar quejas, en algunos casos apatía a los planteamientos; amonestaciones por exigir mejores condiciones de trabajo; ambiente de desconfianza por existencia de personas que reportan y malponen a otros trabajadores; discriminación en la entrega de equipos de protección; violación de closets, se denuncian y no se obtienen respuestas.
Sobre el trabajo en salud descansa el cuidado, la curación, la atenuación del dolor de los pacientes, y la orientación y el apoyo a los familiares, es un trabajo inmerso en las relaciones entre y con personas, requiere ambientes laborales en donde predomine el respeto a la dignidad humana. Los trabajadores de la salud son actores centrales en cuidar y en cuidarse, para ello cuentan con conocimientos, informaciones y la experiencia cotidiana. Los datos recogidos en los ambientes de trabajo de hospitales muestran que al personal sanitario se le debe un trato, protección y reconocimiento acorde con su papel en los servicios de salud.
Los resultados de la encuesta expresados gráficamente ver @MonitorCarabobo